Las compañías de todos los sectores son conscientes de que el cloud computing es la tecnología del futuro. Sin embargo, los estudios sugieren que, incluso en los mercados de capitales que dependen de los datos, el uso de la nube es relativamente bajo: menos del 30 % de las aplicaciones de core business se ejecutan en vivo en la nube privada y alrededor del 5 %, en la nube pública.
En teoría, migrar a la nube tiene sentido a nivel de negocio, pero, en la práctica, constituye un desafío abrumador que requiere un asesoramiento, una planificación y una ingeniería meticulosos.
Muchas empresas quieren migrar a la nube para alcanzar los beneficios en materia de escalabilidad y ahorro de costes. Si bien estos objetivos son totalmente válidos, una migración a la nube satisfactoria también debería permitir que la empresa hiciera cosas nuevas que demuestren un retorno de la inversión cuantificable.