Estos proveedores ofrecen monitoreo continuo, respuesta a incidentes y gestión de vulnerabilidades, lo que permite a las empresas proteger sus sistemas sin la necesidad de contar con equipos internos sólidos. La demanda de MSSP ha crecido especialmente entre las pequeñas y medianas empresas (PYME), que enfrentan limitaciones presupuestarias y de personal.
Cuando pensamos en países como México, Costa Rica, Colombia y otras naciones de América Latina, donde el fenómeno del nearshoring –un modelo en el que las empresas trasladan su producción más cerca de sus mercados primarios– es fuerte, es necesario un análisis profundo del tema de la seguridad digital. Sectores como la logística, la fabricación de automóviles y la electrónica están siendo blanco directo de ataques de ransomware, que exigen rescates sustancialmente mayores. En el sector bancario y fintech mexicano, diariamente se producen una asombrosa cifra de 714 millones de ciberataques, impulsados por amenazas potenciadas por IA.
El impacto en la economía es claro: los estudios indican que los países con protecciones cibernéticas más débiles vieron un aumento de 3,1 veces en los incidentes entre 2014 y 2023, mientras que las naciones con políticas más estrictas vieron un aumento del doble. Además, un país en desarrollo que reduzca sus incidentes cibernéticos de 50 a siete por año puede aumentar su PIB per cápita en aproximadamente un 1,5%.
Muchos ciberataques explotan el error humano, lo que hace que la concientización y la capacitación sean una prioridad para las organizaciones. Invertir en programas de educación cibernética ha sido una respuesta clave para mitigar los riesgos y mejorar la resiliencia organizacional. La regulación exige que las empresas demuestren iniciativas proactivas y las colaboraciones entre empresas y proveedores especializados han generado programas personalizados para cada sector. En este sentido, la colaboración entre los sectores público y privado es fundamental para fortalecer la ciberseguridad en la región.
Además, implementar estrategias de seguridad desde el comienzo de la transformación digital, con un enfoque en la gestión de identidad y acceso, es crucial para garantizar la resiliencia del negocio.
Iniciativas como la alianza entre la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y SCITUM, que tienen como objetivo promover la protección y la inclusión digitales, son ejemplos importantes.