Transformarse o desaparecer: el punto de quiebre digital para las empresas mexicanas


Sin embargo, en los últimos tres años ha perdido contratos frente a startups que no tienen flota propia, pero sí algoritmos que optimizan entregas, plataformas que predicen la demanda, y reportes en tiempo real para sus clientes. ¿Qué pasó? La respuesta es simple: mientras una empresa se transformó, la otra no.
En mis más de dos décadas trabajando en la intersección entre tecnología y negocios, he visto cómo esta historia se repite, con distintos nombres y giros. Muchas compañías consolidadas en México siguen operando bajo modelos que funcionaron en el pasado, confiando en la fuerza del prestigio o la experiencia. Pero el mercado —y sobre todo el cliente— ya cambió. Hoy, ser eficiente no es ventaja competitiva: es requisito mínimo para competir.



