Quería dejar huella, así que me fui de Brasil para vivir nuevas aventuras en Canadá".

Desde el momento en que me incorporé, me sentí acogida y apoyada. El compromiso y la calidez del equipo de GFT aquí en Canadá marcaron la diferencia a la hora de asentarme en mi nueva vida.

Porque fue algo grande, y en realidad un reto mayor de lo que esperaba. Al principio hubo barreras de comunicación, ya que el inglés y el francés no son mis lenguas maternas. Toronto, en general, es una ciudad multicultural con gente de todo el mundo. Así que hay retos para entender acentos y culturas diferentes.

Pero, con el tiempo, las cosas se han hecho más fáciles. Tuve la suerte de tener buenos amigos desde el principio. Un canadiense, que había estudiado conmigo en Brasil, volvió al mismo tiempo, y su grupo de amigos me ha acogido muy bien.

Quizá lo que más me sorprendió fue el invierno canadiense. Mi primera experiencia con la nieve. Definitivamente, eso no lo tenemos en São Paulo. Sin embargo, la escasa luz del día es lo más duro, sobre todo después de haber tenido un sol casi constante. Ahora que he aprendido a vestirme adecuadamente y he descubierto las actividades de invierno, es más agradable.

En el trabajo, tuve que empezar casi de cero con un stack tecnológico completamente nuevo. Había trabajado en experiencias digitales de seguros desde 2013, y desde que me uní a GFT en 2018. Pero, cuando me trasladé, pasé a la plataforma Jutro de Guidewire. Todo el mundo me apoyó mucho para ayudarme a desarrollar mis habilidades rápidamente, aunque también dediqué mucho tiempo a las herramientas de formación.

En fin, se ha cerrado el círculo. Ahora soy un experto reconocido de Jutro en GFT. Esto me ha llevado a mi función más memorable y desafiante, en la que ahora trabajo con clientes de seguros para identificar nuevas oportunidades de negocio con el software.

El apoyo que he recibido aquí me ha ayudado a crecer y a tener éxito de una forma que no esperaba. Me dieron una bienvenida tan cálida que facilitó mi transición y me ayudó a adaptarme a las frías temperaturas de Canadá, haciéndome sentir como en casa.